La realidad ante mis ojos – por Jesús Peñalver
A la terca manía de cambiar el nombre a disímiles lugares, desde parques y plazas, estados del país, hasta avenidas, autopistas, urbanizaciones, y aun más, de centros de salud donde, en teoría, se presta el servicio de protección a la salud como contenido esencial del derecho a la vida, se ha sumado la peregrina idea de modificar al antojo los símbolos patrios.