¡Habló el indigente!; por Rodolfo Izaguirre
En aquel tiempo no sólo «se vivía mejor» sino que los adecos y copeyanos, ignorándome porque nunca he sido ni socialdemócrata ni socialcristiano, se movían cada uno en su lugar pero respetándose como si fuesen rivales en el béisbol profesional, es decir, magallaneros y cerveceros del Caracas.