Se llama María, por Rodolfo Izaguirre
Comencé a llamarla María y a escribir mil novecientos en números romanos (una manera que tiene Alberto Valero para nombrarla desde Varsovia) porque ella misma con sus manifestaciones públicas se ha despojado de sus orígenes, nivel social y situaciones familiares para convertirse en María, la mujer venezolana que siempre he querido conocer y sentir a mi lado