Sin orden ni concierto; por Rodolfo Izaguirre
Vuelvo a decirlo: mi verdadera historia comienza al nacer cuando la comadrona me alzó y dijo, sonriente, que yo parecía un cochino inglés y luego, en el liceo Fermín Toro, a finales de los años cincuenta, cuando tuve o encontré la fortuna de conocer a Adriano González León, a Luis García Morales y a Elisa Lerner