Es probable que los jóvenes que lean esta columna no conozcan al personaje de hoy, pero puedo asegurarles que siempre se ha destacado como uno de los mejores intérpretes del bolero. Es el boricua Chucho Avellanet, quien forma parte de mis Vivencias.

Como dicen por ahí, no importa si se me cae la cédula de identidad o la partida de nacimiento. Cuando se trata de gratos momentos, siempre se siente una alegría especial recordarlos y más, compartirlos.
No sé quién es, pero yo canto sus canciones
Desde mi feliz infancia, la música formó parte del ambiente familiar. Mi mamá, mi recordada Yolita, amaba el bolero. Y recuerdo que entre los innumerables discos de acetato (LP o elepé, del inglés Long Play), destacaban varios que presentaban en la portada a un señor blanco.
Siempre con cara simpática y muy bien vestido, con el nombre de Chucho Avellanet.
En aquel tiempo, ni idea de quién era o de lo que representaba en el mundo de la música internacional. Lo único que yo sabía de “pie a cabeza” eran las letras de varias de las canciones que hizo famosas.
Yo, que siempre escuchaba Radio Rumbos cuando la señora que ayudaba a mi mamá me cuidaba en las tardes, era capaz de cantar temas románticos como Jamás te olvidaré, Mil Violines, o Por si no te vuelvo a ver. Claro, también boleros de otros artistas de la época.

En esa época, no sé, con ocho o nueve años de edad, mis primos me decían que yo estaba loca. Me preguntaban de dónde sacaba esas canciones tan horribles. Tomando en cuenta que en ese tiempo ellos escuchaban a The Beatles, o en nuestro país, a Las Cuatro Monedas.
Realmente, eso no me importaba. Yo también amaba a The Beatles, a Las Cuatro Monedas, a Azúcar, Cacao y Leches, a Los Darts, a Los Tres Tristes Tigres, y sigue y sigue la lista.
Mi mamá era su primera admiradora
Y con el tiempo, mi Yolita querida compartió conmigo su admiración por Chucho Avellanet. Por cierto, él visitaba Venezuela con mucha frecuencia. Y ella pendiente de cada una de sus presentaciones.
Incluso, grabó varias producciones musicales con nuestra querida agrupación La Rondalla Venezolana. Y en más de una ocasión, le rindió homenaje musical al recordado Tito Rodríguez.
Con esa herencia, aprendí a valorar la voz, las canciones y el estilo de Chucho Avellanet. A veces cuando estoy escribiendo, para salir de la rutina de mis queridas “chatarritas”, cambio el género a boleros. Así comienzo a escuchar a muchos de sus exponentes, entre ellos a este estupendo cantante.
Las sorpresas de la vida
Como siempre les he comentado, de nacer, vivir y estudiar en Caracas, la vida me trajo a Barquisimeto, sin pasaje de regreso. Claro, visito a mi familia, a mis amigos y a mi Parque Nacional El Ávila. Pero, luego a la capital musical de Venezuela.
En esta tierra larense, trabajando en el diario El Informador, he vivido innumerables vivencias. Y una de las tantas que me sorprendió y dejó sin palabras, fue un día del año 1988.
Resulta, que mi jefe, el periodista chileno Rafael Jorquera, me pautó una entrevista con el cantante Chucho Avellanet, quien había llegado a Barquisimeto para una presentación especial.
– ¿Quién? ¿Chucho Avellanet? No te creo.
Sí, me contestó Jorquera. Debes ir al Hotel Príncipe. Él estará esperando por ti, en el restaurante de la piscina. Vas a ir con Julio, para que tome las fotos.
Me quedé en shock. Y retrocedí varios años de vida, recordando cuando mi mamá me hablaba del disco Love & Violins, que era su favorito. Y lo escuchábamos juntas.
Pues, lo primero que hice fue contarle a mi Yolita, la buena nueva. Y después de hablar como diez minutos. Salí con Julio rumbo al Hotel Príncipe. Fuimos caminando, ya que queda a dos cuadras de El Informador, en pleno centro de la ciudad.

“Te conozco desde siempre”
Le conté mi anécdota a Julio y, como siempre, se reían sin parar, diciendo que yo era una vieja loca. Me recordó a mis primos. Pero qué hacer si me gustaba Chucho Avellanet y sus canciones… Nada, disfrutar los minutos que estaban por llegar.
Y llegaron. En una mesa, cerca de la piscina, estaba Chucho, acompañado por los promotores de su sello disquero y por los organizadores de su presentación.
Mi cara era un poema. Sentí que se me congeló la sonrisa.
No podría quedarme callada y de una, le conté cómo, desde pequeña, canto sus canciones.
En ningún momento me dio pena. Pero le resultó tan simpático el relato, que la entrevista se desarrolló con mucha cordialidad. Como si éramos dos amigos que tenían tiempo sin verse.
Fue lo máximo.
Pero no van a creer un detalle. No fui a esa presentación. No recuerdo el por qué. Creo que tenía un compromiso familiar en Caracas. Incluso, no recuerdo dónde se realizó esa presentación.
Si la memoria no me falla, fue en el Domito del Country Club de Barquisimeto. Pero no lo aseguro. Ya hace bastante.

Un amistoso regreso
Después de un tiempo, Chucho regresó a Barquisimeto. Creo que presentó un concierto especial, en el marco de la celebración de la Feria Mundial del Caballo, que se realizaba en el recordado Coliseo Hípico de Barquisimeto.
Por supuesto, nos volvimos a ver y a echar cuentos. Incluso, almorzamos en el también recordado restaurante El Hostal de Nueva Segovia, que estaba ubicado en la Avenida Lara.
Un recuerdo inolvidable
De verdad que fue una vivencia muy agradable, que mantengo con mucha alegría en mi mente. Cosas que pasan, que ni te imaginas que vas a vivir.
Para aquellos que conocen un poco la trayectoria de Chucho Avellanet, entiende este relato.
Para aquellos que no lo conocen, es probable que en un futuro, no muy lejano, escuchen su nombre y sus canciones.
¿Por qué?
Pues, porque es posible que un día de estos, un famoso versione los éxitos de este puertorriqueño que aún comparte su legado musical con su público. Admiradores que le han sido fieles, a través de los años.
Definitivamente, son experiencias gratas como periodista de espectáculos, en una estupenda etapa de mi vida profesional. Gracias a Dios.
Feliz de compartir con ustedes estas Vivencias con Chucho Avellanet.
Hasta la próxima.
Saludos y bendiciones.
Milagros S. Castro
@milicas33
14 respuestas a «Chucho Avellanet en las Vivencias de Milagros S. Castro»
Disfruté un mundo el relato de la maravillosa entrevista a Chucho Avellanet, también creci escuchando sus hermosas canciones. Un abrazo y gracias por compartir
Qué bueno que lo disfrutaste Ana. Todas sus canciones son hermosas. Siempre seré fan de Chucho Avellanet, como tú. Saludos.
Unos de los mejores bolerista de nuestra época de oro chucho me trae muchos recuerdo Ejenplo Poema que nota
Eso es cierto Fernando. A mí me encanta el tema Jamás te olvidaré.
Muy bueno tu reportaje te felicito muy bueno té lo digo porque es de mi epoca
Gracias Fernando. Chucho Avellanet es de todas las épocas. Saludos.
Hola, Buenas Tarde, me encanto esta maravillosa entrevista, a este tan destacado artista, en mi casa se disfruto mucho esta hermosa voz, aun le escucho. Gracias maravilloso. ✨✨✨
Buen día Josefina. Me alegro que te haya gustado esta vivencia. Yo también lo sigo escuchando. Chucho es lo máximo. Saludos.
Ya lo busco, no lo conozco pero una historia súper linda. Un placer, como digo siempre, leer a Mila.
Gracias Angélica. Te recomiendo que escuches sus canciones. Todas son hermosas.
Chucho Avellanet, resultó ser un venezolano más , ya que se enamoró de éste país, era un destino obligatorio visitar Venezuela por sus compromisos familiares, todos sus temas son muy románticos.
Saludos Uvencio. Tienes toda la razón. Y Venezuela también lo quiere y admira mucho. Sus canciones son hermosas e interpretadas con mucho sentimiento.
Me encantó esta Vivencia, al igual que tú crecí oyendo boleros, y no faltaban los de Chucho Avellanet! Nuestros viajes por el país eran oyendo…»tu, la de los ojazos negros, la de boca tan bonita, la de tan finito pie…», También aún me dicen que como me se yo esas canciones ajajajjaja
Gracias Nolyde. Tú tambièn tienes esas hermosas vivencias. De verdad que es una nota. Poder cantar esos boleros que aprendiste y disfrutarlos al recordar buenos tiempos. Seguiremos cantando.