En los últimos días compartimos una buena noticia con el cotizado y querido dramaturgo Leonardo Padrón. Su incorporación a Netflix con una de sus creaciones nos llena de orgullo y satisfacción.
Por cierto, en Curadas presentamos una reseña al respecto.
Y precisamente esa buena nueva me llevó a recordar, con cariño y nostalgia, cómo conocí a este destacado poeta, guionista de cine y televisión, cronista, editor, escritor, locutor y periodista venezolano. Una historia muy simpática y agradable que forma parte de mis Vivencias más queridas.

Trabajar en televisión
Cuando comencé a estudiar Comunicación Social en la Universidad Central de Venezuela, en Caracas, siempre quise ser productora de televisión. Me encantaba ese mágico mundo detrás de las cámaras.
De hecho, cuando obtuve mi título toqué varias puertas para poder cristalizar mi sueño. Recuerdo que a comienzos de 1986, hablé con Helena Rosas, productora de Sábado Sensacional en Venevisión, pero no había chance de ingresar al equipo.
Otro día me entrevisté con el periodista Eduardo Sapene, quien estaba a cargo de El Observador de Radio Caracas Televisión, pero tampoco logré nada.
Posteriormente, con una recomendación de unos amigos periodistas, fui a Venezolana de Televisión y hablé con su presidente, en ese entonces, el periodista Alberto Federico Ravell, quien solo me comentó que podría trabajar en la asistencia de producción, pero sin ingreso a nómina por los momentos.
La noticia me emocionó, aunque no formaría parte del personal del canal. Luego mi emoción fue más intensa cuando me informaron que estaría en el programa de opinión En Confianza, que conducía Nelson Bocaranda, de lunes a viernes a primera hora de la mañana.
Asistente de producción
Al día siguiente llegué muy temprano a mi primera jornada de trabajo. Me llevaron a las oficinas de En Confianza y conocí al equipo de trabajo. Un grupo de jóvenes, más dos productores con experiencia: Belkis y Leonardo.
Me recibieron con mucho cariño y a la semana ya sentía que tenía años en esa labor periodística, que, por cierto, me dio muchas satisfacciones.
A partir de ese momento formaba parte de la asistencia de producción. Yo me encargaba de documentar los temas que se seleccionaban para analizar en cada programa.
Además, de respaldar el trabajo de mis compañeros en cuanto a invitados, guiones, entre otros aspectos.
Leonardo Padrón, el productor
En esta historia debo destacar que antes de la transmisión del espacio En Confianza, se presentaba un segmento de opinión, en el cual Nelson Bocaranda entrevistaba a variados personajes, mayoritariamente vinculados con el mundo político venezolano.
Y precisamente, el coordinador de producción era el joven Leonardo Padrón.
Siempre me agradó. Era interesante, simpático, pero tal vez un poco tímido. No hablaba mucho, porque siempre estaba investigando, pero siempre se integraba a las conversaciones que nos animaban después de la ardua jornada de trabajo.
Por supuesto, que en esa época no nos podríamos imaginar que su trayectoria sería así, tan brillante como escritor de novelas exitosas como: Contra viento y marea, El país de las mujeres, Cosita Rica, La mujer perfecta, entre otras. Incluso, la más reciente que escribió para la televisión mexicana, titulada Amar a muerte.
Además, de otras maravillosas facetas que desarrolla con mucho talento.

Mafalda no duró mucho
De esa época, recuerdo cosas maravillosas. Fue una hermosa experiencia, de la cual aprendí mucho sobre producción en televisión.
Recuerdo que el equipo de producción era muy unido y talentoso. A mí me llamaban Mafalda. Me daba mucha risa ese apodo, pero me agradó desde el principio. Mis compañeros eran muy nota.
Pero esta dicha duró solo cuatro meses. No había chance de ingreso al canal y yo debía contar con un empleo remunerado. Confieso que mi ilusión era que me contrataran cómo personal fijo, pero no se dio.
Después, de esa bella vivencia, a Mafalda se le abrieron otras puertas y fue cuando surgió la oportunidad de laborar en Barquisimeto. Así que me residencié en la capital larense y le dije adiós a Caracas con mucha tristeza.
El reencuentro con Leonardo Padrón
La segunda anécdota con este extraordinario personaje, es muy grata para mí. Fue muchos años después.
Exactamente en septiembre de 2010, cuando me encontré al grande, a Leonardo Padrón y para mí fue lo máximo.
En ese entonces, yo estaba de vacaciones en Caracas. Cuando puedo, suelo visitar a mi querida amiga y “madre” (le digo así por el inmenso cariño que le tengo) la show woman de Venezuela Floria Márquez y a su esposo, el Maestro Pedrito López.
En esa ocasión, acompañé a Floria a una entrevista que tenía pautada en las instalaciones de la emisora de radio Onda, La Súper Estación.
Cuando llegamos, en uno de los pasillos, nos encontramos a Leonardo Padrón, quien iba saliendo de otra entrevista, ya que estaba promocionando su nueva telenovela, para entonces, La Mujer Perfecta, que transmitía Venevisión.
Los recuerdos de un tiempo feliz
Fue una sorpresa espectacular que me llevó a 1986. A recordar aquel Leonardo, coordinador de producción, con quien tuve la dicha de trabajar algunos meses.
Durante ese encuentro, los tres conversamos brevemente. Le comenté que trabajé con su equipo de trabajo en el programa En Confianza y que yo era Mafalda. Realmente no sé si se acordó de esos momentos. Pero yo no los olvido, forman parte de mis Vivencias en televisión.
Al final le pregunté en tono jocoso, si tenía chance de trabajar en su telenovela La mujer perfecta esa historia…. Risas totales, sin respuesta.
Pero lo que sí tuvo una respuesta contundente fue a la pregunta: ¿Me puedo tomar la tradicional foto del recuerdo contigo? Y aquí está.

Desde entonces, admiro mucho a Leonardo Padrón. En el momento que lo conocí fue un excelente productor y a través de los años ha demostrado que sigue siendo excelente en todo lo que emprende. Mis saludos y respetos. Larga vida y bendiciones.
Definitivamente, son recuerdos, anécdotas y experiencias difíciles de olvidar. Cada una me ha marcado gratamente y las comparto. Y estas vivencias con Leonardo Padrón siempre están allí, alegrándome el corazón.
Hasta la próxima.
Saludos y bendiciones.
Milagros S. Castro
@milicas33