No siempre una situación de salud tendrá su epicentro en una causa orgánica. Hoy descubrimos fundamentos que nos aclaran conceptos útiles de precisar.
Los trastornos psicosomáticos definen aquellos problemas orgánicos cuyo origen es psicológico.
Entre los trastornos psicosomáticos encontramos dolencias emocionales no expresadas y no conscientes.
En general, este fenómeno médico representa una forma de manifestar físicamente el estrés o la ansiedad, principalmente.
Además, determinadas emociones que no pueden liberarse o exhibirse de manera abierta.
Trastornos psicosomáticos: Los caracteriza una amplia variedad
Visto así, podemos afirmar que no existe un único trastorno psicosomático sino una amplia gama, en correlación con la categoría de síntomas físicos y de los daños registrados.
De tal manera que los más frecuentes se relacionan con el cansancio, el sistema digestivo y el dolor físico en una parte específica del cuerpo o en general.
Asimismo, afectaciones de la piel y del sistema respiratorio. Hasta debemos incluir a la propia tensión arterial.
Igualmente, una lista de trastornos psicosomáticos incluye cefalea, fibromialgia, sudoración excesiva, dermatitis, temblores y palpitaciones.
Trastornos psicosomáticos: Generan una categoría atípica
Por lo común, las consecuencias de las anomalías psicosomáticas se vinculan con la sensación de incomprensión y de respaldo por parte del entorno.
Esto ocurre porque al no tener un origen físico determinado o identificable, se les considera enfermedades imaginarias por parte de quien los experimentan.
Las enfermedades psicosomáticas acaban tornándose crónicas ante la complejidad no solo del diagnóstico sino también del tratamiento.
Todo ello deriva en su extensión en el tiempo, ampliando la exposición al sufrimiento físico y la falta de entendimiento por parte de aquellos que se relacionan con cada individuo involucrado en el trastorno.
Preponderancia y estudio
No tener origen físico no resta importancia a las enfermedades psicosomáticas. Tienen la relevancia de cualquier patología.
Se hace habitual que al considerársele un fenómeno de causas tan subjetivas, predomine una sensación de aislamiento en perjuicio del afectado.
En su origen prevalece una ausencia de solución de conflictos internos, que acaban generando síntomas corporales.
Causas
Entre las causas de las alteraciones de carácter psicosomático encontramos:
- Malestar anímico permanente.
- Experiencias traumáticas pasadas o vigentes.
- Conflictos no declarados o solucionados con figuras parentales o familiares próximas.
Conjuntamente, advertimos:
- Miedo.
- Inseguridad.
- Ira.
- Agresividad.
- Incapacidad de enfrentar las situaciones adversas.
Cuerpo y mente
Para entender todo esto partimos de la noción de que cuerpo y mente no van separados. Existe una relación entre el universo de células y el mantenimiento del equilibrio dado por la manera en que cubrimos las necesidades básicas.
Es por eso que aparecen síntomas que no sabemos explicar por métodos tradicionales y que provocan malestar y limitaciones.
Entonces recurrimos a fármacos que no siempre producen efectos pues los síntomas no dejan de aparecer.
Recurrir a la psicoterapia individual es una opción válida para la curación, o al menos, la evolución y control de este tipo de situaciones.
Cabe destacar que en los casos más graves es necesario el apoyo de un tratamiento médico complementario y asesoramiento clínico para enfrentar la enfermedad.
Terapias más conocidas
Revisemos algunas técnicas de uso frecuente para tratar trastornos psicosomáticos
EMDR: Eye Movement Desensitization And Reprocessing. Terapia que se basa en la desensibilización y el reprocesamiento por movimientos oculares para estimular los hemisferios cerebrales.
Brainspotting: Desarrollada a partir del EMDR, se refiere a una posición del ojo relacionada con la activación de una zona del cerebro con respecto a un recuerdo.
EFT: Emotional Freedom Techniques. o «Tapping». Se basa en la digitopuntura, golpeando o masajeando determinados puntos corporales mientras el paciente se centra en un recuerdo.
Hipnosis clínica: Busca un estado de conciencia alterado que se sitúa entre el consciente y el inconsciente, induciendo nuevos comportamientos o formas de percibir la realidad.
Autohipnosis: Consiste en alcanzar un estado de relajación que abre el campo de conciencia a nuevas posibilidades frente a problemas. A diferencia de la hipnosis no interviene otra persona.
Así concluimos que la mente es sumamente poderosa: es capaz de generar trastornos somáticos.
En ciertos casos mejorar la actitud cambia la salud.
Una prueba es la risa, que estimula las hormonas del estrés y al sistema inmune, empleándose como aliado en algunos tratamientos con significativos beneficios.
Tomado de De Salud Psicólogos, CuriosaMente.
También puede interesarte: La hipnosis está dando buenos resultados como terapia contra el dolor.