Título original: LA DIGNIDAD COMO VALOR SUPERIOR INDISPENSABLE PARA CUANDO CAMBIE EL CLIMA. Por Ángel Alberto Bellorín
(Publicado originalmente en redes sociales el 8 de agosto del 2016)
Un necesario preámbulo tomado de José Ingenieros en su obra cumbre «El hombre mediocre» (Cito)
«Ignora el hombre digno las cobardías que dormitan en el fondo de los caracteres serviles; no sabe desarticular su cerviz. Su respeto por el mérito le obliga a descartar toda sombra que carece de él, a agredirla sin amenaza, castigarla si hiere.
Cuando la muchedumbre que obstruye sus anhelos es anodina y no tiene adversarios que fazferir, el digno se refugia en sí mismo, se atrinchera en sus ideales y calla, temiendo estorbar con sus palabras a las sombras que lo escuchan.
Y mientras cambia el clima, como es fatal en la alternativa de las estaciones, espera anclado en su orgullo, como si éste fuera el puerto natural y más seguro para su dignidad.
Vive con la obsesión de no depender de nadie; sabe que sin independencia material el honor está expuesto a mil mancillas, y para adquirirla soportará los más rudos trabajos, cuyo fruto será su libertad en el porvenir.
Todo parásito es un siervo; todo mendigo es un doméstico». (José Ingenieros,1913)
¡LEALES SIEMPRE. TRAIDORES NUNCA!
El texto anterior es un párrafo extraído de la obra cumbre de José Ingenieros, «El hombre Mediocre», un autor que en vida puso en ejecución sus ideas y fue ejemplo de generaciones. Su escrito citado es soporte para desarrollar lo que ahora pienso de ese lema impuesto a los militares sobre la pretendida lealtad.
Gritar a todo pulmón «Leales siempre, traidores nunca», no pasa de ser un «berrido para intimidar», un grito para acallar la razón, y un lema sin sustancia ni verdadero valor moral
Para todo aquel egresado de la antigua Academia Militar de Venezuela, aquella que se esforzó por tratar de «Formar hombre dignos y útiles a la patria», nuestro vetusto «Código de Honor» nos mostraba un imperativo categórico de conducta para la vida, mas allá de la profesión militar. El que algunos no lo hubieran asimilado de esa forma, no descalifica su esencia y tampoco es de extrañar.

Sin embargo , para aquellos que como quien suscribe vieron en ese SAGRADO DECALOGO algo mas que un papelito que tendríamos que aprender de memoria, aquí me permito transcribir para desarrollar solo tres de sus 10 preceptos originales (Cito):
4.-Soy un ciudadano venezolano y por lo tanto, miembro activo de una comunidad en la cual seré baluarte de las instituciones republicanas y factor de armonía y progreso.
5.-Proclamo que es la moral mi principal virtud, ella es mi mejor herramienta de trabajo.
6.-Prometo guardar culto al valor, a la honestidad y a la verdad; que practicaré y mantendré, aún con riesgo de mi propia seguridad y bienestar. (Fin de la cita).
A LAS NUEVAS GENERACIONES. COMPLICIDAD NO ES LEALTAD
Es bueno recordar que como parte de un macabro plan para subordinar la dignidad y destruir la moralidad construida, pilar fundamental de aquel valor superior orgullo de los oficiales del ejército vencedor del comunismo en el campo de batalla, algunos militares traidores a esa moralidad, se hicieron complices activos y pasivos para permitir y hasta aplaudir modificar nuestro Código de Honor original, así como aquel grandioso lema que como meta utópica era muy valiosa.
En el año 2006, un año antes de pasar a retiro mi promoción, con la aprobación activa en su gran mayoría y tacita en otros tantos («para no meterse en problemas») del generalato de turno, se permitió que fuera impuesto ese repulsivo slogan de «La casa de los sueños azules».

En verdad que no recuerdo voces disidentes que con «voluntad incuestionable» se sumaran a mis cuestionamientos.
Al pasar el tiempo hemos sido testigos como tales sueños azules en muchos de los egresados, al ser salpicados del rojo comunista, poco a poco se fueron tornando color rosado, fucsia o carmesí. Paralelamente se hacía evidente que dejaban de ser dignos y mucho menos utiles a la patria, al bien común y a esa constitución que sin conocer juraron defender.
LEALTAD SIN DIGNIDAD NI HONOR.
Además del lema, también se modificó nuestro Código de Honor para añadirle ENTRE COMAS, en su artículo 6 la palabra “Lealtad”. Con ese cambió se desvió la atención de su razón de ser hacia los «superiores políticos de turno» y no hacia sus principios.
La palabra lealtad por si sola, y dentro del contexto de los 10 principios de vida previstos en ese código original, jamás podrá orientarse hacia un superior de turno por encima de los demas principios.
Solo en el Artículo 6 donde fue arbitrariamente agregado, tiene como puntales iniciales la VERDAD ,la HONESTIDAD y el VALOR
La conducta moral como principal virtud, y principal herramienta de trabajo del militar, no puede subordinarse ni ser leal a vicio alguno, venga de donde venga. Al hacerlo se afectan lo valores principales como en este caso la VERDAD, la HONESTIDAD y el VALOR.
Esa clara y categórica lectura de la realidad, y la afanosa BUSQUEDA de la verdad,que siempre será camuflada por el vicio, es lo que hace a un hombre, y a un verdadero soldado, DIGNO.

La DIGNIDAD, es la cualidad de aquel que se hace valer como persona permitiéndole comportarse con responsabilidad, seriedad y respeto hacia sí mismo, a sus principios y sobre todo, hacia los demás.
Nuestro código de honor nos enseñó a ser dignos y demostrar a toda costa esa dignidad y eso nos obliga a no permitir que nos humillen y nos engañen.
Tampoco permitir que humillen a nuestros subalternos o a nuestros familiares sin que actuemos con verdadero carácter.
La demostración del verdadero carácter en una persona digna,en un oficial de honor, es aquella que se hace en pronta respuesta al superior abusador de su autoridad. No hay tal carácter cuando se enfrenta a un subalterno indefenso y obligado a obedecer.
NUESTRO CÓDIGO DE HONOR NOS ENSEÑÓ DEFENDER A LA COMUNIDAD Y A LAS INSTITUCIONES REPUBLICANAS DE LAS CUALES JURAMOS SER BALUARTE Y FACTOR DE ARMONÍA Y PROGRESO.
TODO ESO ES SUPERIOR A UNA SOBREVENIDA LEALTAD A JEFES TEMPORALES QUE PUDIERAN ENCARNAR EL VICIO, LA MENTIRA Y POR ENDE OBSTACULOS AL PROGRESO, DESARROLLO Y ARMONIA SOCIAL.
LA LEALTAD PARA CON UN SUPERIOR DELINCUENTE TIENE UN SOLO Y VERDADERO NOMBRE. SE LLAMA COMPLICIDAD
Caracas, 8 de agosto del 2016

Coronel Ángel Alberto Bellorín
Abogado Magna Cumlaude
Doctor en Ciencias Jurídicas mención
Derecho Constitucional
Profesor con categoría de Titular
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