Las trochas entre Colombia y Venezuela siguen activas pese al cierre de la frontera entre ambos países; a casi siete meses del inicio de la cuarentena en el país, la actividad en estos pasos ilegales ha aumentado; son muchos los venezolanos que retornan a Colombia actualmente.
Los grupos irregulares y «trocheros» que mantienen el control de las zonas cobran entre $3 y $30 en cada uno de sus puntos de control. A estas «alcabalas» solo llegan las personas autorizadas para pasar; son acompañados por un trochero al que le deben pagar entre 10.000 y 50.000 pesos, o viven en la frontera, o se quedarán trabajando en la zona.
El precio a pagar en los puntos de control dependen de la región de Colombia a la que pretenda ir y lo que vaya a hacer. En cada uno de estos el viajero y sus pertenencias son inspeccionados.
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Las trochas más usadas por los migrantes venezolanos son las más cercanas al Puente Internacional Simón Bolívar. Una es «la Platanera», en la que normalmente sólo hay una «alcabala» y que mantiene tránsito de los miembros del grupo que domina ese paso.
Según un reportaje replicado por La Patilla, del lado venezolano de la frontera los grupos irregulares trabajan en conjunto con funcionarios de la Guardia Nacional. Estos militares delegan en civiles el cobro de los «aportes» que se deben hacer para no ser detenido.
Redacción Curadas