Bajo en azúcar, bajo en gluten, light… Hay palabras que rápidamente atraen a los compradores que buscan «alimentos saludables». Sin embargo, algunos de estos productos no son tan sanos como crees.
Los supermercados están llenos de productos elaborados con recetas calóricas o que parecen frescos, pero no lo están. Las cantidades de azúcar, edulcorantes, sales, grasas y conservantes son determinantes en lo «sano» que pueda llegar a ser un alimento.
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- Ensaladas envasadas: La lechuga, el tomate y otras hortalizas son saludables, pero algunos comerciantes abusan de las añadiduras. Los aderezos, salsas y acompañantes pueden convertir estos alimentos en nada saludable. Además, a veces las ensaladas a veces pasan mucho tiempo en las neveras del supermercado, perdiendo su frescura. Es mejor comprar las hortalizas y hacerla en casa.
- El muesli o granola: en su origen estos productos eran muy saludables. Cereales, frutas, y frutos secos. Sin embargo, actualmente se comercializan versiones poco sanas. Si se les añade azúcares, aceites, y chocolate, dejan de ser una opción dietética.
- Vinagre balsámico: el verdadero vinagre balsámico o de Módena puede costar más de 100 dólares, pero hay una versión barata que no es tan saludable. El vinagre balsámico que venden en las tiendas, para ensalada, contiene hasta 100 calorías por cada 100 mililitros. Además, se le añade azúcar para emular el sabor suave del Módena.
- La margarina: aunque en algún momento se creyó que era mejor ingerir margarina que mantequilla, no es así. La mantequilla se elabora batiendo la leche y separando sus grasas del suero; pero la margarina se hace con aceites, la mayoría de baja calidad.
- Refrescos light: muchos creen que los refrescos sin azúcar son sanos, pero estos traen un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y digestivas. Incluso podría traerte problemas neurológicos.
Redacción Curadas