Casi tres millones de ballenas han sido asesinadas durante el siglo XX, diezmando las poblaciones de estos cetáceos que continúan en grave peligro mientras Japón echa un pulso con la ley internacional de protección.
El pasado mes de diciembre Japón anunciaba su retirada de la Comisión Ballenera Internacional (IWC, por sus siglas en inglés). Un preludio de lo que se avecinaba hoy, día en el que los barcos pesqueros nipones han zarpado de los puertos en busca de la carne de estas ballenas tras más de 30 años sin practicar la caza comercial.
Desde hoy y hasta final de año, los buques que salían esta mañana de Hokkaido capturarán con fines comerciales 227 cetáceos. Por primera vez desde 1988, las aguas territoriales de Japón serán testigo de la caza anual de 52 de la especie Minke, así como 150 de rorcual Bryde y 25 de rorcual común.
“La vergonzosa historia de la caza comercial de ballenas está bien documentada”, declara el informe de Animal Welfare Institute. “Se estima que 2,9 millones de ballenas fueron asesinadas durante el siglo XX, diezmando las poblaciones mundiales de ballenas. Los cachalotes, por ejemplo, se redujeron a alrededor del 30% de su población antes de la caza de ballenas y las ballenas azules hasta en un 90%”.
A pesar de estar protegidas por la ley internacional, especialmente por la moratoria de 1986, diversas especies se encuentran en grave peligro de extinción. “Las ballenas más gravemente amenazadas son la franca del Atlántico Norte y las grises con poblaciones de 300 y 150 individuos”, alertan desde WWF.
Continué leyendo esta interesante noticia en NATIONAL GEOGRAPHIC